lunes, 19 de marzo de 2012

aftas bucales.


Las úlceras orales, también llamadas de úlceras aftosas, estomatitis aftosas, aftas bucales, llagas o simplemente aftas, son lesiones muy comunes de la mucosa oral. En este texto vamos a explicar lo que son las aftas, cuáles son sus causas y posibles tratamientos.



Las aftas son lesiones benignas que no suelen causar mayores problemas más allá de la incomodidad. No obstante, algunas enfermedades más graves de la cavidad oral pueden manifestarse con lesiones ulceradas muy semejantes, lo que puede causar alguna confusión. Un ejemplo es el cáncer de la cavidad oral, que en las fases iniciales puede parecerse con una afta.

afta - llagas en la boca
Afta bucal



Vamos primero a hablar de la afta simple. En la parte final del texto describiremos las otras úlceras orales que merecen mayor cuidado.

¿Qué es una afta?

La afta es una úlcera que puede surgir en cualquier punto de la cavidad oral: lengua, labios, encía, garganta, úvula… Son lesiones de forma ovalada, blancuzcas (a veces amarillentas), poco profundas y limpias, es decir, no presentan pus, bacterias u otras señales de infección. Pueden ser únicas o múltiples, pequeñas o grandes. 

Todo mundo ya tuvo por lo menos una afta a lo largo de la vida; el 20% de la población sufre con aftas recurrentes. Son más comunes en pre-adolescentes, adolescentes y adultos jóvenes, y tienden a disminuir su incidencia con el paso de los años.

Pese a ser lesiones benignas, las aftas son muy dolorosas y muchas veces dificultan actividades simples como hablar, comer y besar. Por muy grandes y numerosas que sean, no son causantes de mal aliento (lea: MAL ALIENTO | Causas y tratamiento). Las aftas no son contagiosas, sin embargo sus causas no están del todo esclarecidas. Parecen ser causadas por desbalances en el sistema inmune. Algunos detonantes conocidos son:

Traumas locales, como mordidas accidentales.
Estrés psicológico.
Pocas horas de sueño.
Helicobacter pylori, la misma bacteria que causa úlcera gástrica.
Algunas pastas dentales (dentífrico) que contienen sodio-lauril-sulfato.
Reflujo gastroesofágico.
Comidas como chocolate, café y bebidas ácidas.
Tabaco.
Alteraciones hormonales durante el ciclo menstrual.
Deficiencia de algunas vitaminas y minerales como vitamina B12, vitamina C, zinc, hierro y ácido fólico.
Drogas como antiinflamatorios, Rapamicinas, Metotrexate, Aspirina y Atenolol.

Algunas personas que tienen la costumbre de acostarse inmediatamente después de la última comida, pueden presentar aftas recurrentes. Este hecho probablemente está relacionado con algún grado de reflujo gastroesofágico, que lleva al aumento de la acidez de la cavidad oral. Las aftas suelen aparecer uno o dos días después, por lo cual, muchas veces, los pacientes no relacionan un hecho con el otro.

La mayoría de las aftas duran aproximadamente una a dos semanas y suelen curarse sin dejar cicatrices. Las aftas que demoran más tiempo en curarse son aquellas que surgen en zonas donde existe un contacto constante con los dientes o con los alimentos, sufriendo traumas repetidos a lo largo del día.

Algunas personas presentan aftas grandes, llamadas de aftas mayores, de más de 1 cm y profundas. Estas demoran hasta seis semanas para desaparecer y pueden dejar cicatrices. Existe incluso la afta herpetiforme, formada por múltiples úlceras pequeñas que se juntan y se transforman en una lesión grande.

Las aftas pueden venir acompañadas de linfonodos en el cuello (bubón) y, a veces, de fiebre baja y malestar. 

Tratamiento de las aftas bucales / Medicamento para las aftas

No existe medicamento milagroso para las aftas. Ninguna sustancia cura la úlcera de un día para otro. Como la afta suele durar hasta dos semanas, los tratamientos actuales tienen como objetivo acelerar el proceso de cicatrización de la lesión.

Es importante distinguir las pomadas que contienen apenas anestésicos, que sirven apenas para alivios sintomáticos, de aquellas con corticoides y antiinflamatorios en su fórmula, que efectivamente pueden acelerar la cicatrización.

Los dos medicamentos más usados para este fin son:

- Amlexanox (Aphthasol®)
- Acetonido de triancinolona (OMCILON- A ®)

El Amlexanox es el que ha presentado los mejores resultados en los trabajos científicos.

En Internet es muy fácil encontrar innúmeras recetas caseras para tratar las aftas. Hay que tener cuidado con lo que se aplica en la lesión para no aumentar la inflamación y empeorar el cuadro.

Algunas opciones aceptables, mas no tan efectivas, son:

Enjuagarse con una solución hecha con una cucharada de leche de magnesia o bicarbonato de sodio diluido en un vaso de agua.

Diluir agua oxigenada en agua común y aplicar con algodón directamente en la afta.

Mezclar Difenidramina (Benadryl®) con leche de magnesia y enjuagar.

Evite el contacto directo de sustancias abrasivas puras, como alcohol o bicarbonato en polvo. Esto puede irritar la lesión y empeorar el cuadro. Cuando use diluciones para enjuagarse, siempre escupa el líquido al final, nunca se lo trague.

¿Cuándo preocuparse con una afta bucal?

Pese a ser benigna en la inmensa mayoría de los casos, la afta puede ser una manifestación de enfermedades sistémicas o puede ser confundida con lesiones graves, como neoplasia de la cavidad oral.

Una consulta con el dentista o médico estomatólogo debe ser considerada en los siguientes casos:

La afta es excepcionalmente grande.
Las aftas son recurrentes con nuevos surgimientos después de la cicatrización de las primeras.
La afta demora más de tres semanas en cicatrizar.
Si hay señales de infección en el área del afta.
Si hay síntomas sistémicos (fiebre, pérdida de peso, pérdida del apetito…) que sugieran la presencia de alguna enfermedad detrás de las aftas.
Si hay fiebre.
Si hay úlcera también en los órganos genitales. 

¿Qué enfermedades ocurren con aftas o lesiones semejantes?

Normalmente las úlceras orales causadas por enfermedades sistémicas son múltiples y recurrentes. Suelen tener algunas características diferentes de las aftas comunes y suelen acompañarse de otros síntomas.

En casos de lupus, las aftas suelen ser indoloras y estar acompañadas de lesiones de piel y dolores en las articulaciones, además de síntomas sistémicos con fiebre baja y cansancio.

En el caso de la enfermedad de Behcet, también una enfermedad autoinmune, las aftas son múltiples, recurrentes y se hacen acompañar de úlceras también en los órganos genitales. También es común que existan lesiones en los ojos.

En los casos de enfermedad celíaca y enfermedad de Crohn, las aftas vienen en conjunto con síntomas intestinales, como diarrea y sangre en las heces.

La neutropenia, que es la disminución del número de neutrófilos (un tipo de glóbulo blanco) en la sangre, también es causante de úlceras orales. Normalmente es visto en enfermos en quimioterapia, pero puede ocurrir en cualquier enfermedad o medicamento que cause neutropenia.

Varias infecciones pueden causar úlceras orales semejantes a las aftas:

El virus VIH puede causar úlceras orales en la llamada fase aguda, esto es, algunas semanas después de la contaminación, o en fases avanzadas, cuando ya existen criterios para el SIDA.

Infección por Coxsackievirus (herpangina), muy común en los niños, puede sobrevenir con dolores de garganta, fiebre, pequeñas úlceras orales y lesiones en las palmas de las manos y plantas de los pies.

La sífilis, tanto en la fase primaria como la secundaria, puede sobrevenir con úlceras orales. Normalmente son múltiples y, en la fase secundaria, demoran en cicatrizar .
El herpes labial se presenta como vesículas que pueden transformarse en pequeñas úlceras después de romperse. El aspecto no es muy parecido con la afta, pero puede ser confundido por personas sin conocimientos médicos. Son dos enfermedades diferentes, con etiologías y tratamientos distintos. 

Algunos cánceres de la cavidad oral pueden presentarse como ulceraciones, siendo inicialmente confundidos con aftas comunes. Por eso, toda afta que demora en cicatrizar debe ser evaluada por un médico, principalmente si el paciente es fumador.


Autor del artículo
Dr. Pedro Pinheiro. Médico egresado de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) en 2002. Diploma reconocido por la Universidad de Oporto, Portugal. Título de especialista en Medicina Interna de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) en 2005. Título de nefrólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y de la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN) en 2007. Título de Nefrólogo del Colegio Portugués de Nefrología.


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